Thor,el atronador

Según algunos mitólogos, Thor o Donner (Donar) es el hijo de Jörd (Erda, la Tierra) y

de Odín, pero otros afirman que su madre era Frigg, la reina de los dioses. De niño

destacó por su gran tamaño y fuerza y, muy poco después de su nacimiento, sorprendió

a la asamblea de los dioses levantando y arrojando juguetonamente diez grandes fardos

de pieles de oso. Aunque era por lo general de carácter afable, Thor incurría a veces en

una cólera terrible y como en esas ocasiones era muy peligroso, su madre, incapaz de

controlarle, lo enviaba lejos de su hogar y confiaba su cuidado a Vingnir (el alado) y a

Hlora (calor). Estos padres adoptivos, que eran también considerados como la

personificación de los relámpagos difusos, pronto lograron controlarle y le criaron tan

sabiamente que los dioses guardaron un recuerdo muy agradecido de sus amables

servicios. El mismo Thor, consciente de todo lo que se les debía, asumió los nombres de

Vingthor y Hlorridi, por los que también se le conoce.

Una vez hubo alcanzado su pleno crecimiento y la edad de la sensatez, Thor fue

admitido en Asgard entre el resto de los dioses, donde pasó a ocupar uno de los doce

sillones de la gran sala de los juicios. También se le concedió el reino de Thrudvang o

Thrudheim, donde construyó un maravilloso palacio llamado Bilskirnir (relámpago), le

más espacioso de todo Asgard. Poseía quinientas cuarenta habitaciones para el alojo de

los esclavos, que tras su muerte eran bienvenidos a su hogar, donde recibían el mismo

trato que sus señores en Valhalla, pues Thor era el dios patrono de los campesinos y las

clases bajas.

Ya que era el dios del trueno, Thor era el único al que nunca se le permitía pasar sobre

el maravilloso puente Bifröst, temiendo que lo quemara con el calor de su presencia.

Cuando deseaba unirse a sus compañeros los dioses en el manantial Urdar, bajo la

sombra del árbol sagrado Yggdrasil, se veía forzado a llegar hasta allí a pie, vadeando

los ríos Kormt y Ormt, y los dos arroyos Kerlaug, hasta llegar al lugar de la cita.

Thor, que era venerado como el dios más importante en Noruega, fue el segundo en la

triología del resto de las naciones y fue llamado «viejo Thor», pues se suponía, según

algunos mitólogos, que pertenecía a una antigua dinastía de dioses, sin tener en cuenta

su edad actual, pues era representado y descrito como un hombre en su plenitud, alto y

bien formado, con miembros musculosos y cabellos y barba rojos y erizados, de los

cuales, en momentos de rabia, saltaban chispas.

Las razas nórdicas le engalanaron posteriormente con una corona, en cada una de cuyas

puntas se encontraba o bien una estrella resplandeciente, o bien una llama ardiendo

constantemente, por lo que su cabeza se encontraba siempre rodeada de una especie de

halo de fuego, su propio elemento.