Usos Mágicos Ancestrales de las Runas

El historiador romano Tácito en el año 98 después de
Cristo hace referencia a la adivinación mediante runas en su
obra Germania. Escribe:

Ningún pueblo practica el arte de la adivinación y de los
augurios de una forma más diligente. El procedimiento es
simple. Se corta una rama de un árbol que tenga frutos y
se hace pedazos. Se practican ciertas marcas sobre los
pedazos, para poder distinguirlos, y se arrojan a la buena
de dios sobre un paño blanco. Sobre cuestiones públicas el
sacerdote de cada estado es particular, si se tratara de
cuestiones privadas el padre de familia, invoca a los dioses
y mirando al cielo recoge tres de los pedazos en los que
lee los designios de acuerdo con las marcas previamente
impresas en ellos.

Es poco probable que Tácito viera esta forma de adivinación
directamente. Se viajaba mucho más a los puestos exteriores
del Imperio, y como buen historiador tenía por costumbre
recoger los relatos de los viajeros. Los romanos se
obsesionaban con augurios de todo tipo. Tácito, escritor popular,
elige cuidadosamente aquellos aspectos de las runas que
más puedan interesar a sus lectores.
El poeta de Andreas, un poema en inglés antiguo, nos da
una visión más colorista de los hechos:

Echando las suertes son ellas quienes juzgan
Quien muere antes como cebo para el resto
Con diabólicos actos y bárbaros ritos Echan
las suertes y quedan vencidos.

El escritor es un cristiano cuyo máximo empeño era
mermar la reputación de los paganos, así su contenido no debe
ser tomado muy en serio.
En el edda Volupsa y en el Beowulf, se hace mención de la
adivinación por medio de runas, y el venerable Beda afirma que
echar las suertes era una costumbre usual entre los antiguos
sajones. Sólo Tácito nos ha dado una descripción detallada de
cómo se hacía, y con todo es demasiado breve.
Las runas también desempeñaron un papel activo en la
_ magia, en manos diestras podían hacer que ocurrieran cosas.
Beda nos describe como en el 679, un cautivo de Norteumbría
llamado Imma, a quien los grilletes siempre se le desprendían,
le preguntaron sus apresadores «si conocía algunas runas
liberadoras y si las tenía escritas». Podía ser que Imma hubiera
usado el hechizo pronunciado por Odín en labios del autor del
Hauamal:

Conozco un hechizo
que presto me libera
si los enemigos raudos me ataran
un cántico sé
que rompe grilletes y
desgarra cadenas.

El poema edda Sigrdrifumal establece una clasificación de
las runas, de victoria, de protección, de nacimiento, de resurgimiento
o decadencia de los mares, de la salud, del discurso
y del pensamiento. También se usaban las runas para inducir al
amor y hacer que los muertos hablasen. Se han encontrado
inscripciones rúnicas dentro de túmulos, que presumiblemente
sólo podía leer el difunto.
Los usos mágicos más importantes de las runas parecen
estar relacionados con las batallas. Existían hechizos para
despuntar las espadas del enemigo, para volver invisible a un
guerrero, para agotar las ansias bélicas del contrincante y
también para asegurarse la supervivencia de un hombre en la
guerra.
Las runas se grababan a ambos lados de las armas y lacradas
con hilo de oro o un pigmento rojo. Una espada encontrada
en la isla de Wight lleva el nombre mágico Crece para
Dañar, era corriente también que las armas tuvieran nombres
relacionados con la fuerza. Una cabeza de lanza del siglo tres se
llama El que pone a Prueba. Otra lleva el nombre de El Que
Ataca. No cabe duda que son nombres mágicos. A veces las
inscripciones rúnicas están entremezcladas con símbolos de la
edad de piedra más antiguos —las inscripciones prerrúnicas a
partir de las cuales derivan las funciones mágicas de las runas.
También se escribían runas sobre elementos bélicos defensivos.
Un casco del siglo tres de Negau lleva las palabras
alemanas con la grafía del norte de Italia: «Al dios Herigast».
La intención es clara. El soldado que portaba el casco confiaba
que Herigast no permitiera que un objeto consagrado en su
nombre fuera destruido por un hacha. Los escudos se pintaban
con la runa Tyr para infundirles el espíritu bélico de Tiw, el
Marte teutón. La runa Eolh también se usaba como hechizo
para apartar el mal, así como las palabras mágicas alu (tabú) y
laukaz (puerro). El puerro, una planta doméstica, conservó sus
asociaciones preventivas bien entrada la Edad Media, fue en
esta época cuando se plantaba en todos los tejados de Europa
para mantener alejados a los relámpagos, el fuego y las brujas.
Desde un punto de vista mágico son más interesantes las
varitas rúnicas —palos cortos hechos de tejo o hueso en que se
inscribían las runas con propósitos ocultistas. Están aplastadas
por los lados y a veces curvadas y afiladas como los cuernos. El
ejemplo más vistoso es el amuleto Lindholm, una obra maestra
de las artes menores, a menudo estos amuletos son bastante toscos.
El amuleto de Britsum lleva este mensaje «lleva siempre este tejo a la batalla».
El tejo era un árbol sagrado para los celtas y estaba muy extendida la creencia
de que poseía influencias mágicas. Los arcos de tejo eran muy
preciados por su fuerza y poder. La elección del material de las
varillas jugaba un papel significativo en cuanto a su eficacia.
Además de ayuda para ganar la batalla, los nórdicos
necesitaban a veces de auxilio para lograr este fin. Más temidas
que el enemigo eran las tormentas del mar del Norte durante el
invierno. Así se usaban runas relacionadas con el mar para
calmar las olas y el viento. En el Havamal Odín dice:

Un noveno hechizo conozco
cuando me hace falta,
que resguarda mi barco de la tormenta invernal,
calma los vientos,
las olas abate,
y sume al mar en su sueño.

En el Volsunga la primera Valquiria, Brynhild, dice al
guerrero Sigurd:

Las runas del mar son buenas cuando hay necesidad
Se aprendieron para salvar barcos
Y cuidar del caballo que nada;
En la popa grabalas tú
Grabalas en la hoja del timón
Y prende fuego al remo pulido;
Cuanto más grandes sean las colinas del mar
Cuanto más azul en el horizonte,
Y el granizo del océano, entonces llegarás a casa.

Es posible que el hechizo también comprendiera el gravar
las runas en el remo que servía como timón, después que
hubiera sido rebajado con un hacha, o reducido a astillas para
prender, posteriormente se le prendería fuego mientras se
invocaba al dios apropiado, quizá Thor, quién combatió conla
serpiente Midgard. Se haría, además, un sacrificio de sangre
sobre las runas antes de ser quémadas.
El poder de las runas sobre los elementos no quedaba reducido
exclusivamente al mar. Las tormentas se podían provocar
o amainar por medio de las runas del clima. Los teutones
consideraban sospechosas todas las tormentas de nieve, granizo
y viento.
Otro hechizo en contra de los elementos que caería en la
categoría de las runas tabú es uno contra el fuego. Dice Odín:

Sé de un séptimo conjuro
si es que el salón arde en derredor
de mis compañeros de banco, a
pesar del calor de las llamas ellos no
sienten nada.

No se trataría tanto de un hechizo personal, como de una
invocación para la conservación del patrimonio. El verso da a
entender que guerreros reunidos en una sala podían seguir
bebiendo y comiendo, mientras los muros crepitaban en
derredor suyo. La protección contra el fuego es una característica
común encontrada en diversas culturas por todo el
mundo.
Los encuentros en los banquetes no eran siempre amigables.
A los Vikingos no les importaba hacer uso del veneno
cuando éste se adaptaba a sus propósitos. De esta forma se
grababan runas especiales en los bordes de los cuernos que se
usaban para beber, en el reverso de las asas, o en las mismas
uñas, todo para advertir de la presencia del veneno en el
recipiente. La runa Nyd se menciona particularmente.
También se menciona la palabra mágica Laukaz.
En la saga de Egil, el maestro rúnico Egil SkallaGrimsson
sospecha que hay veneno en su cuerno, traza runas y acto
seguido la mancha con su sangre, entona un verso evocador. En
palabras del poeta: «El cuerno se hizo pedazos y la bebida se
derramó hasta el suelo.»
Egil protagonizó otro episodio mágico cuando se topó
con un hechizo que alguien inexperto en el saber rúnico había
puesto en la cama de una mujer enferma. Se habían dibujado
diez runas en un hueso de ballena. Según Egil esto no hacía
más que empeorar la situación. Después de desmantelar el
hechizo, Egil graba runas propias y las coloca debajo del
colchón de la cama de la enferma. La mujer despertó como de
un sueño profundo y dijo que estaba sanada.
Egil pronuncia una solemne advertencia para aquellos que
se inmiscuyen en asuntos rúnicos sin entender este arte:

No debe un hombre jugar con runas a
no ser que bien pueda leerlas que
muchas a un hombre le llevarán a un
falso escalón en el que tropezar.

No todo aquél que quisiera utilizar procedimientos mágicos
los entendía. Ciertas tribus era más renombradas en el arte de
las runas que otras. Los Heruli eran especialmente célebres por
sus enseñanzas mágicas. Expulsados de Dinamarca por los
daneses se extendieron por varias partes de Europa y llevaron
las runas consigo. Mucho después de desaparecer como pueblo,
el término heruliano connotaba a una persona sabia y diestra
con las runas. Ver el amuleto Lindholm.
No se excluía, a la mujer en las culturas teutónicas. Podía
poseer bienes y protagonizar acontecimientos. Eran mujeres
guerreras, al menos en los mitos, en la vida real hechiceras
equivalentes a las futurólogas de los tiempos modernos. Se
describe a una de estas brujas rúnicas en la saga de Eric el
Rojo, una pitonisa llamada Thorbjorg a la que se consultaba
con frecuencia sobre el futuro:
Llevaba puesta una capa azul de la cual pendían piedras
de la parte inferior; vestía cuentas de cristal en derredor
del cuello, y sobre la cabeza una caperuza de piel de
cordero forrada de piel de gato. En la mano llevaba un
bastón con empuñadura; adornado con bronce y piedras
incrustadas justo debajo del puño. Vestíaun cinturón de
madera, puesto que da buena suerte, del que
colgaba un zurrón que albergaba aquellos hechizos que
necesitaba para hacer su magia. En sus pies, calzado de
piel de ternero con largas correas cuyos extremos iban
rematados con botones de lona; en las manos, guantes de
piel de gato, de color blanco por dentro y muy peludos.
En la saga Grettis se habla de una bruja llamada Duridr
aún más malévola. Para llevar al desastre a Grettis, la bruja
graba runas en la raíz de un árbol, después las colorea con su
sangre mientras entona un hechizo a los hados. El tintar las
runas generalmente con sangre parece ser un factor integral en
su funcionamiento. La palabra del inglés antiguo para designar
pigmento, específicamente ocrerojo, coincide con la raíz del
antiguo noruego que designa la brujería.
Las hechiceras benévolas eran requeridas para los partos
difíciles. Existe un encantamiento para facilitar el parto,
mencionado en la saga Volsunga:
Las runas te ayudarán a reunir poder
si tú esa habilidad necesitares
para hacer nacer un niño de una madre enferma
ellas depen grabarse en las palmas de las manos y
después cierra los dedos
e invoca a la buena gente para obtener esa ayuda.
Presumiblemente las runas se escribirían en las palmas de
la mano de la madre. De nuevo nos encontramos con la
importancia de la sangre en el funcionamiento de la magia. La
buena gente podían ser hadas.
Para las heridas se da este consejo:

Aprende la sabiduría de las runas si
es que amas las sanguijuelas
y buscas de las heridas su curación,
graba las runas sobre la corteza
sobre los brotes de los árboles
cuyas ramas miran por siempre al oriente.

Todos los usos anteriormente mencionados son para
combatir los eventos naturales. Existe una parte de la magia
rúnica diseñada para tratar con lo sobrenatural. Un hechizo
rúnico consigue que el ataque mágico del adversario se vuelva
en contra suya. Odín dice en el Haurnal:

Si se grabaran las runas para hacerme daño el
mal conjuro diese la vuelta
el que lo deseaba quedará dañado
y no yo.

Otro hechizo destierra a los espíritus que crean obsesiones,
imposibilitándoles tomar una forma o encontrar lugar de
reposo:

Si los espíritus me traen problemas,
yo me pongo en acción, y ellos vagabundean lejos,
incapaces de encontrar ni forma ni hogar.

Las runas pueden abrir a su maestro los más altos y los
más bajos dominios de la magia. La necromancia pertenece a
estos últimos, es el arte de infundir vida a los muertos. Se
cree, con frecuencia, que este arte consiste en traer al cuerpo
del difunto el alma que contuvo una vez, pero éste no es el
caso. El cuerpo funciona meramente como contenedor
material a través del cual el espíritu puede pasar la información
que el brujo requiere:

Cuando veo un árbol en lo alto
y un cadáver colgando de una soga.
entonces, grabo runas y las pinto para
que ande el hombre
y hable conmigo.

En la mayoría de los casos, los nigromantes no entendían
la diferencia existente entre invocar de entre los muertos un
alma concreta y por otro lado evocar un espíritu en el cuerpo
de un difunto. Como el espíritu mentía a menudo al
nigromante, diciendo ser el espíritu del muerto, el nigromante
carecía de argumentos a la hora de examinar su juicio.
Considerándola desde una perspectiva engañosamente
trivial, se podía usar la magia rúnica para vencer la modestia de
una dama y hacer que se rindiera a los deseos de un hombre,
como también podía hacer que un hombre joven se encaprichase
por una vieja. La magia en el amor a menudo se
trivializa. De hecho es todo un crimen de la más baja calaña
torcer los sentimientos de otro ser humano para hacerle amar lo
que antes aborrecía.
Afortunadamente los encantos de amor se utilizan cuando
no son necesarios entre los amantes y por ello sus efectos no
son de mayores consecuencias. La porción de hierba se añadía
a la cerveza o ,a la acuamiel, un vino hecho con miel. En la
saga Volsungai «Brynhild llenó una copa y se la ofreció a
Sigurd, y le dio la bebida del amor». Ella dice:

Mezclado está poderosamente,
fundido está con llamas,
rebosante de cánticos
y runas conmovedoras,

Una gran parte de la magia rúnica tiene que ver con lo que
se conoce con el nombre de runas de palabra y runas de
pensamiento. Las runas de palabra concedían a su poseedor la
fluidez en el discurso cuando estaban en la cosa, el consejo
tribal donde se decidían los asuntos legales. Si el señor que
poseía la runa había injuriado a otro hombre podía fácilmente
escapar de un justo castigo (que normalmente consistía en una
multa en oro o en ganado), pues expondría su caso tan
elocuentemente que ningún miembro de la audiencia
coincidiría con el acusante. La inteligencia y la labia era una
característica del dios Odín. En el volsugna Brynhild dice:

Aprende bien las runas de palabra si
no quieres que un hombre
te devuelva la aflicción que le causaste;
da vueltas a las runas,
téjelas,
llévalas todas contigo,
a la Cosa,
donde el pueblo se reune,
hacia el asiento del jurado.

Las runas de pensamiento están asociadas con las runas de
palabra, pero tienen un significado más profundo. Estas
permiten oir y entender la sabiduría inspirada por los dioses.
Brynhild dice:

Debes entrenarte en las runas de pensamiento si
es que quieres ser de todos los hombres la
criatura con alma más hermosa y sabia,

Esta descripción difiere de la otra descripción anterior por
el sentido, de alguna manera cínico, de las runas de palabra. Las
runas de pensamiento no sólo garantizaban el conocimiento en
lo material, sino también la sabiduría en lo espiritual. Purifican
el alma lavándola del pecado. Los sacerdotes de más alto orden
buscaban las runas de pensamiento, puesto que estaban más
preocupados por los asuntos del espíritu que por lo material.
Son caminos de comunicación entre el Ser más Intimo y el Ego.
Esto rechaza la opinión de algunos estudiosos que declaran
la única materialidad de las runas. El poeta T.S. Eliot escribió:
«Las runas y los hechizos son fórmulas prácticas destinadas a
producir resultados concretos, tales como sacar una vaca de una
ciénaga.»
La afirmación, tal como se sigue, es cierta, pero podía
llevar a un entendimiento distorsionado de las runas. Los
pueblos teutónicos habrían de enfrentarse a calamidades
enormes, tanto naturales provocadas por sus fieros enemigos.
Su preocupación principal era la supervivencia física, y el saber
tradicional rúnico refleja esta intención, pero asumir a partir de
esto que, nadie que usara las runas fuera capaz de aspirar a
saberes filosóficos y teológicos más refinados, está plenamente
injustificado. El hecho de que tales pensamientos
no se escribieran alguna vez, no niega el hecho de su
existencia.
Usar las runas para alcanzar un enriquecimiento en lo
espiritual, es algo no menos práctico que sacar una vaca de una
ciénaga. Aquellos que creen que lo que no pueden ver es, en
cierto modo, poco práctico, y que por ello no se preocupen, es
un claro síntoma que revela su ignorancia. Los estudiosos no
son capaces de ver los aspectos más sublimes de la magia
rúnica porque están ciegos a la luz del Espíritu. Examinan las
vainas vacías del saber rúnico, pero pierden toda la sabiduría
que subyace este saber.
Un uso menos significativo de las runas pero digno de
mención es el acto de provocar el sueño. Odín, encolerizado
con Brynhild por haber faltado a su voluntad, la sume en un
mágico sueño. De acuerdo con Brynhild, él «le introdujo la
espina somnoliente». Thor es una runa , pero que tenga que
ver algo con el conjuro de Odín es discutible. En el cuento
alemán de la Bella Durmiente, el hecho de que la Bella
estuviera rodeada de un muro de espinas puede estar relacionado
con esta leyenda. Hay muchas semejanzas como ésta,
entre los cuentos populares alemanes y la mitología teutónica.
Un hechizo del Havamal puede ser una adivinanza relacionada
con este sueño mágico:

Sé de un primer hechizo
que es desconocido para todos
los de cualquier naturaleza humana,
«Ayuda» así se nombra,
y concede ayuda,
en horas angustiosas
y momentos de tristeza.

Se puede asegurar que existían innumerables usos para los
que se utilizaban las runas a partir de la diversidad de ejemplos
que ha llegado hasta nosotros a través de la historia. La magia
rúnica no era un formulario rígido, sino una herramienta
flexible que podía ser aplicada libremente por
cualquier persona conocedora del arte rúnico para solucionar
cualquier problema que se plantease en la vida.
Como las runas funcionan como herramientas, que no
conllevan tipo alguno de censura moral, podían ser, y de
hecho eran usadas, tanto para el bien como para el mal.
Cuando se utilizaban con fines maléficos exigían un pago en
maldad, cuando se usaban para bien hacían que éste se incrementara.
En manos conocedoras del arte proporcionaban los
medios para ensalzar el alma humana al nivel más alto. Las
runas son, en verdad, el legado de Odín a su pueblo:

Algunas moran con los elfos,
Otras con los Aesir,
O con el sabio Vanir,
Y algunas todavía las poseen los hijos de la humanidad.

Estas son runas de libros
Como también las que conceden ayuda beneficiosa,.
Y todas las runas tabú
Y las runas de demás quehaceres;
A cualquiera le pueden ser provechosas
que no sean ni aturdido ni mimado;
Son cosas saludables de tener:
Prospera, pues, con ella
mientras aprendes su saber,
hasta que los dioses terminen con tus días de vida.

«La Magia de las Runas» Donald Tyson